Historia

Academia de Bañeros

Historia de los Bañeros en Argentina

Según cuenta la historia, los Balnearios eran sinónimo de salud, los baños en agua salada, la brisa de mar pura, libre de microbios y de la radiación solar son muy placenteros y beneficiosos. En 1886 llegó el ferrocarril a Mar del Plata mediante gestiones del gobernador Dardo Rocha. Su llegada produjo una nueva etapa de progreso para el pueblo que se convirtió en la primera Villa Balnearia Argentina, un destino turístico preferido de la aristocracia de Buenos Aires. Fue así como en la Primera Temporada Veraniega de Argentina asistieron 1500 visitantes a disfrutar de nuestra costa, número que fue ascendiendo con el correr de los años.
De acuerdo con algunos documentos, los baños se iniciaron frente a la zona de Luro y San Martín, entre Corrientes y Entre Ríos, frente al «Gran Hotel» y «La Amueblada» de la Avenida Luro. En 1887 el bañero de esta playa era el empleado del hotel llamado Luis Parodi, cuyo sobrenombre era “Calafate”.

Él cuidaba de las casetas y arreglaba los tablones del camino que llegaba hasta la playa, donde se reunían las primeras familias de veraneantes a tomar sus baños y a conversar. Emprendedores particulares comenzaron a instalar Balnearios, y fue así como comenzaron aflorar los Bañeros, inmigrantes pescadores en su mayoría. Se instalaron en la actual playa Bristol y a medida que se incrementaba el turismo, temporada tras temporada, iba creciendo el número de Balnearios y Bañeros, según documentos de 1900.
Fue así que se pasó de 1.500 a 10.000 turistas en 3 años y la necesidad de cuidar a las personas hizo que se reclutaran más bañeros.

(Fuente: Balnearios y Guardavidas, Mercedes Inés Monteverde)

Línea de tiempo

Algunos de los primeros Bañeros desde 1886/87

Luis Parodi
Vicente Carboni
Genaro Ventura
Fernando Catuogno
Rufino Suarez
El Negro López
Guillermo Bowden
César GiaccagliaGargullo
José Torricela
Francisco Falaschini
Pececani
Panzafreda
Marcelo Cepella
Enrique Di Palma
Catich
Nicolás Bota
Juan Capella
Nicola Dos Reis
Antonio Nereu
Proffota
Gaspar Poncio

Reglamento de Baño – 1888

En los primeros veraneos en nuestras playas se utiliza una casilla de madera para el cambio de vestimenta. Se trae tirada por caballos desde afuera de la rambla y, una vez ubicada sobre la arena se la utiliza para ponerse en su interior el púdico traje de baño y, el calzado especial con el que se debe entrar al agua. Desde el cambiador hasta la orilla del mar los bañistas se cubren con una capa larga y decorosa.
Ante ciertas actitudes de los hombres en la playa, la queja de influyentes mujeres al ministro del Gobierno de la Nación, no se hizo esperar.

El mismísimo presidente de la Nación, Don Miguel Juárez Celman, debió intervenir. Se dicta entonces un «Reglamento de Baños».
En el incipiente pueblo no se desconoce el reglamento de baños que indica que hombres y mujeres deben estar separados por sexo. Este Primer Reglamento es dictado, por la municipalidad constituyéndose en Ordenanza, el 5 de enero de 1888 para el puerto de Mar del Plata tras la intervención del entonces Presidente de la Nación Dr. Miguel Juárez Celman.

Reglamento

Artículo 1: Es prohibido bañarse desnudo.
Artículo 2: El traje de baño admitido en este reglamento es todo aquel que cubra desde el cuello hasta la rodilla.
Artículo 3: No podrán bañarse los hombres mezclados con las señoras, a no ser que tuvieran familia o lo hicieran acompañados de ellas.
Artículo 4: Es prohibido a los hombres solos aproximarse durante el baño a las señoras que estuviesen en él, debiendo mantenerse por lo menos a una distancia de 30 metros.
Artículo 5: Se prohíbe en las horas del baño el uso de anteojos de teatro u otro instrumento de larga vista, así como situarse en la orilla del agua cuando se bañen las señoras.
Artículo 6: Es prohibido bañar animales en las playas destinadas para el baño de las familias.

Artículo 7: Es igualmente prohibido el uso de palabras y acciones deshonestas o contrarias al decoro.
Artículo 8: Los infractores a las disposiciones que preceden incurrirán en multa de dos a cinco pesos moneda nacional o arresto de 24 a 48 horas y de cinco a diez pesos o arresto de 48 a 96 horas en caso de reincidencia, debiendo de ser expulsado de la playa durante un mes en caso de incurrir por tercera vez en las mismas faltas a este reglamento.
Artículo 9: Los que presten servicios de bañistas u otro de carácter análogo necesitan de permiso de la autoridad local, el que será expedido gratis y por escrito a toda persona que lo solicite, siempre que fuera de buena conducta.

 

Fotos Históricas

Bañeros pioneros 1893

La foto es de 1893. Estos pioneros, que eran durante el invierno pescadores, en verano dejaban las redes y los aparejos para dedicarse a su otro oficio: ser Bañeros. En esa época no existía el actual puerto y sus lanchas las amarraban o más bien las varaban en lo que hoy es la zona de las toscas.

Genaro Ventura, nacido en Italia, hijo y nieto de pescadores y navegantes, llegó en 1888 con 19 años y se instaló inicialmente en la zona de la playa Bristol donde tenía casetas y brindaba el “Servicio de Bañero”. Años más tarde se mudó a la actual Playa Grande donde por pedido de un presidente construyó un camino para que éste pudiera llevar a su amante a playas vírgenes

Fernando Catuogno “El Negro Pescador”
También nacido en Italia, llegó a la ciudad en 1888 con 15 años de edad y se dedicó a la pesca. Cuenta la historia que Catuogno, quien era un hábil nadador, mientras encarnaba anzuelos en el muelle de Luro, se arrojó al mar para salvar el bastón de un señor que pasaba por el lugar. El Sr. dueño del mismo resultó ser un acompañante del por aquel entonces Presidente de la Nación, Carlos Pellegrini, quien agradecido con el gesto dijo: «¡Que buen pescador habias sido Negro!“. Catuogno recibió una recompensa con la que comenzó un nuevo negocio: «la instalación de balnearios mediante casillas rodante tirada por caballo» Su Balneario más famoso fue «Última Moda»
También construyó una pileta donde enseñó a nadar a mucha gente en una época donde el mayor flagelo en el mundo era el ahogamiento; y así mismo fue el fundador y el presidente de la Unión de Salvamento de Mar del Plata.

Balneario Última Moda – 1900

Sobre Guillermo Bowden, El Inglés, el Arq. Roberto Cova expresaba lo siguiente:
«En la memoria de algunos viejos marplatenses había quedado el recuerdo de Guillermo Bowden, Guillermo El Inglés, que algunos daban como sobreviviente del naufragio de un barco de aquella nacionalidad en nuestras costas.»
El Inglés, como lo llamaban, además de ser bañero, fue quien colocó las primeras casetas donde hoy están los lobos marinos de piedra.

Cosme Monterisi, guardavidas playa Bristol, año 1915, de fondo la Rambla Vieja, junto a las chicas de aquel entonces.

Osbaldo Castañón

Jose Iannello (derecha) Guardavidas en Varese. Década del 20.

En la foto, Luis Falaschini en su puesto en Playa Grande. Las señoras a su lado son dos actrices extranjeras que se encontraban en Mar del Plata con motivo del Festival de Cine del año 1962. A su izquierda Nadezhda Rumyantseva, quien ganó el premio a mejor interpretación femenina por su actuación en la película «Devchata»

En esta foto se ve el grupo que se preparaba para rendir el examen para ser Guardavidas, en lo que se denominaba la «academia para ser BAÑERO»

Daniel Banga, guardavidas de la ciudad de Mar del Plata (con el silbato) A su derecha, el folclorista Horacio Guarany. Temporada 1972/73.

Agradecimiento especial al Diario La Capital – Suplemento «Fotos de Familia», que es la fuente donde hemos encontrado estos documentos fotográficos.